Cuando se ve la fe de manera que solo en la iglesia como templo, se puede vivir la vida cristiana, parece que solo ahí se puede estar cerca de Dios.Y ser cristiano es, entonces, ir al templo, participar en sagradas ceremonias, incrustarse en una sociología eclesiástica, en una especie de mundo segregado, que se presenta a sí mismo como la antesala del cielo, mientras el mundo común recorre su propio camino. La doctrina del Cristianismo, la vida de la gracia, pasan entonces como rozando el ajetreado avanzar de la historia de mi vida, pero sin encontrarse con ella. Efectivamente, participar de la vida de la Iglesia, la Parroquia,... Es importante y muy bueno, porque nos ayuda a salir de nosotros mismos y darnos a Dios y a los demás. Pero reducir la vida cristiana exclusivamente a eso, sería tener una visión deformada del Cristianismo. Sin embargo, un santo de la Iglesia cuya fiesta celebramos hoy, San Josemaría, nos dice: "Allí donde están vuestros hermanos los hombres, allí don