El Espíritu Santo, ese "Gran desconocido"
Dios te ama tanto, tanto, que para Él no hay un lugar mejor en el mundo, donde más ansíe vivir que tu corazón.
Dios no es un ser extraño que vive allá donde brillan las estrellas, sino que está con nosotros de continuo, y vive en nuestra alma y la transforma si nosotros queremos y le dejamos. Ante todo, respeta nuestra libertad.
El Espíritu Santo (la Tercera Persona de la Santísima Trinidad), actúa en nuestra vida continuamente, y muchas veces sin que nos demos cuenta. Dice la Sagrada Escritura que "nadie puede decir que Jesús es Dios si no se lo ha dicho el Espíritu Santo". ¿Cuántas veces has hablado a otros de Dios y has dicho algo que sabes que por ti mismo no es normal que lo dijeras? Ese es el Espíritu Santo actuando en tu vida.
Por eso es muy bueno, antes de dar una catequesis, o de quedar con un amigo para hablarle de Dios o cuando tengas un asunto importante entre manos, encomendarte al Espíritu Santo para que te ilumine y ponga en tu boca las palabras correctas, para que sepas decir la verdad y expresarla de manera que se entienda.
Los apóstoles fueron ejemplo de ello, se "dejaron hacer" por el Espíritu Santo, y por eso realizaban milagros y convertían gente. No era por lo majos que eran, sino porque se dejaban hacer por Dios.
Este domingo celebrábamos Pentecostés, una fiesta importantísima en la Iglesia en la que pedimos al Espíritu Santo que como a los apóstoles, nos dé sus dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Lo hacíamos el sábado con la Vigilia de Pentecostés, y el domingo con las Primeras Comuniones de algunos de nuestros niños de catequesis que se han estado preparando estos años para este momento tan importante. El domingo que viene tenemos otro grupo que ya tiene muchas ganas de recibir a Jesús por primera vez.
Ójala descubran todos los días de su vida que este es el mejor regalo que van a recibir nunca: todo un Dios que les ama con locura y que nunca les abandona, ni en lo bueno ni en lo malo.
Os dejamos algunas fotos para recordar estos días.
¡Feliz miércoles!
Dios no es un ser extraño que vive allá donde brillan las estrellas, sino que está con nosotros de continuo, y vive en nuestra alma y la transforma si nosotros queremos y le dejamos. Ante todo, respeta nuestra libertad.
El Espíritu Santo (la Tercera Persona de la Santísima Trinidad), actúa en nuestra vida continuamente, y muchas veces sin que nos demos cuenta. Dice la Sagrada Escritura que "nadie puede decir que Jesús es Dios si no se lo ha dicho el Espíritu Santo". ¿Cuántas veces has hablado a otros de Dios y has dicho algo que sabes que por ti mismo no es normal que lo dijeras? Ese es el Espíritu Santo actuando en tu vida.
Por eso es muy bueno, antes de dar una catequesis, o de quedar con un amigo para hablarle de Dios o cuando tengas un asunto importante entre manos, encomendarte al Espíritu Santo para que te ilumine y ponga en tu boca las palabras correctas, para que sepas decir la verdad y expresarla de manera que se entienda.
Los apóstoles fueron ejemplo de ello, se "dejaron hacer" por el Espíritu Santo, y por eso realizaban milagros y convertían gente. No era por lo majos que eran, sino porque se dejaban hacer por Dios.
Este domingo celebrábamos Pentecostés, una fiesta importantísima en la Iglesia en la que pedimos al Espíritu Santo que como a los apóstoles, nos dé sus dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Lo hacíamos el sábado con la Vigilia de Pentecostés, y el domingo con las Primeras Comuniones de algunos de nuestros niños de catequesis que se han estado preparando estos años para este momento tan importante. El domingo que viene tenemos otro grupo que ya tiene muchas ganas de recibir a Jesús por primera vez.
Ójala descubran todos los días de su vida que este es el mejor regalo que van a recibir nunca: todo un Dios que les ama con locura y que nunca les abandona, ni en lo bueno ni en lo malo.
Os dejamos algunas fotos para recordar estos días.
¡Feliz miércoles!
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