Cuaresma

Ya se acabó el Carnaval, y nos metemos de lleno en la Cuaresma.

Algunos datos prácticos sobre este tiempo:

¿Qué es?

Son los cuarenta días antes de la Semana Santa. Los cristianos aprovechamos este tiempo para prepararnos para rememorar lo más importante de nuestra Fe: que Cristo ha muerto y ha Resucitado.

¿Porqué 40 días?

Nos unimos a los 40 días que estuvo el Señor en el desierto, ayunando y rezando.

¿Cuándo empieza y cuándo acaba?

Empieza el Miércoles de Ceniza (este año es el 5 de marzo), y finaliza el Domingo de Ramos (13 de abril), en el comienzo de la Semana Santa.

¿Qué es y qué significa el Miércoles de Ceniza?

El miércoles de Ceniza es el principio de la Cuaresma y un día especialmente penitencial, en el que los cristianos manifestamos el deseo personal de conversión a Dios.
La imposición de la ceniza es una invitación a recorrer el tiempo de Cuaresma como una inmersión más consciente y más intensa de lo que somos: "polvo eres y en polvo te convertirás".

La ceniza procede de los ramos de olivo del Domingo de Ramos del año anterior y se bendice dentro de la Misa de ese día.

¿A qué se nos invita durante la Cuaresma?

La Iglesia nos invita a la penitencia, la oración, ayuno y limosna

Es un buen momento para hacer una buena confesión y acercarse a Dios, tratándole más.

También de revisar y poner los medios para mejorar en nuestra caridad, en el trato con los demás, sobre todo con los más desfavorecidos (no solo en situación de pobreza, sino de una mala situación personal, problemas...)


¿En qué consisten el ayuno y la abstinencia? ¿Qué sentido tienen?


Salvo caso de enfermedad, en cuyo caso están eximidos:

El ayuno consiste en hacer una sola comida al día. Aunque se puede tomar algo por la mañana y por la noche. Días de ayuno son el Miércoles de ceniza y el Viernes Santo. El ayuno obliga desde los 18 hasta los 59 años de edad.

Abstinencia es privarse de comer carne. Esto se debe vivir desde que se cumplen 14 años. Días de abstinencia son todos los viernes de Cuaresma.

El sentido que tienen el ayuno y la abstinencia son el vivir la penitencia y el desprendimiento de los bienes materiales. Todo ello para que nos ayude a convertir nuestro corazón y estar más cerca de Dios.




La llamada del buen Pastor llega hasta nosotros: ego vocavi te nomine tuo, te he llamado a ti, por tu nombre. Hay que contestar —amor con amor se paga— diciendo: ecce ego quia vocasti me, me has llamado y aquí estoy. Estoy decidido a que no pase este tiempo de Cuaresma como pasa el agua sobre las piedras, sin dejar rastro. Me dejaré empapar, transformar; me convertiré, me dirigiré de nuevo al Señor, queriéndole como El desea ser querido.


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