Evangelio 16 de septiembre 2016
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,1-3):
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Las mujeres son fundamentales en la Iglesia. Lo eran antes y lo son ahora. Cada miembro de un cuerpo tiene una misión, y sin esa misión de cada uno el cuerpo no funcionaría.
Las mujeres como dice el Papa Francisco, "tienen una especial sensibilidad para las cosas de Dios, y en especial para ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para nosotros".
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Las mujeres son fundamentales en la Iglesia. Lo eran antes y lo son ahora. Cada miembro de un cuerpo tiene una misión, y sin esa misión de cada uno el cuerpo no funcionaría.
Las mujeres como dice el Papa Francisco, "tienen una especial sensibilidad para las cosas de Dios, y en especial para ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para nosotros".
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