Evangelio 20 de noviembre 2015

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48):

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.



A veces confundimos al cristiano con una persona apocada, poca cosa, que peca de prudente y que parece que nunca le pasa nada. Y no es verdad.
Jesús era igual a nosotros en todo, menos en el pecado. Luego si se enfada y reprende a la gente que está traficando en el templo, lo hace con toda la fuerza del amor. A veces el celo por Dios nos lleva a esto, a querer defenderlo aún sabiendo que a la gente de fuera les puede parecer que te estás "pasando".
"Mi casa es casa de oración", dice el Señor. ¿Cómo es mi comportamiento en la iglesia? ¿Soy consciente de que es un lugar sagrado? ¿Qué digo, qué hago cuando voy? 

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