Evangelio 17 de noviembre 2015

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»


Hoy el Evangelio nos vuelve a contar la historia de otro audaz con el Señor: Zaqueo.
Da igual cómo haya sido tu vida antes de encontrarte con Cristo, pero una vez que ha pasado a tu lado no puedes mas que transformarla para que salga lo mejor de ti, aunque sea costoso.
Zaqueo sabía que había hecho cosas que no eran buenas, cuando se encuentra con Jesús las reconoce y se propone cambiar. ¿Y tú y yo? ¿Qué podemos cambiar hoy para ser como Dios quiere?

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