Evangelio 12 de noviembre 2015
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,20-25):
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
El Reino de Dios está dentro de nosotros. Dios habita en el alma de cada uno. Por eso podemos tratarle, hablarle, sentirle a cada instante, en cualquier momento.
Jesús enseña sin ruido de palabras, porque habita dentro de nosotros. Nos guía, nos inspira lo que debemos hacer o decir y nos da luces en cada situación de la vida.
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
El Reino de Dios está dentro de nosotros. Dios habita en el alma de cada uno. Por eso podemos tratarle, hablarle, sentirle a cada instante, en cualquier momento.
Jesús enseña sin ruido de palabras, porque habita dentro de nosotros. Nos guía, nos inspira lo que debemos hacer o decir y nos da luces en cada situación de la vida.
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