No celebramos la muerte. Celebramos el triunfo de Cristo sobre ella, y que gracias a Él podemos ir al Cielo.

No celebramos la oscuridad, sino la luz. Ni la tristeza, sino la alegría por los que han llegado a la meta más importante.

Celebramos que entre nosotros han habido santos, muchos quizá de nuestra propia familia, amigos, conocidos...

Y damos gracias a Dios por sus vidas y por su testimonio, porque han hecho de nosotros quienes somos.

Porque todos estamos llamados a la santidad, por eso hoy es una gran fiesta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuestra Señora de las Mercedes

El cura no tiene horarios. Se levanta sacerdote y se duerme sacerdote

Famosos que han encontrado a Dios