Evangelio 17 de Octubre de 2015

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,8-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»


Ser coherentes con nuestra Fe, defender a Dios y a su Iglesia delante de los hombres, es algo que a Dios le agrada mucho.
Somos poca cosa, y solo somos instrumentos. Cuando hablemos a alguien de Dios, primero tenemos que pedir ayuda al Espíritu Santo para que nos inspire la palabra correcta que a esa persona le pueda llegar. Que dejemos de ser nosotros para ser Cristo, el mismo Cristo.

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