Día Mundial de las Misiones

EL ABRAZO Las obras de misericordia son el revulsivo para despertar nuestra conciencia, tan aletargada ante el drama de la pobreza, y entrar aún más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. Todo queda plasmado en el abrazo entre una misionera y una anciana. La expresión de sus rostros es reflejo de un amor misericordioso, comprometido, recíproco, profundo.

SU HISTORIA La misionera explica: “Aida, al fallecer su marido, ha pasado un tiempo sola, desconsolada, dejada por completo y casi ciega. A las hermanas nos considera su familia. Nosotras estuvimos presentes ya antes, pues, al ser un matrimonio mayor, los visitábamos, les dábamos la comunión y hacíamos por ellos lo que está a nuestro alcance. Aida no olvida la lucha que mantuvimos con ella para ayudarles. Le aconsejamos que metiera en la casa a una familia que la cuidara. El cambio que ha dado es radical. El Señor hace maravillas con sus pobres. Nosotras seguimos visitándola y dando gracias a Dios por ella.”

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