Santa Marta




Hoy es Santa Marta. El mismo Jesús le enseñó a tener las manos en el trabajo y la cabeza en Dios. 
Tuvo la suerte de recibir a Jesús en su casa de Betania, y de ayudarle a descansar.

Marta no es indiferente a las palabras de Jesús, ella también atiende, pero está más ocupada en las tareas domésticas, y sin darse cuenta Jesús ha pasado a un segundo plano: la absorbe lo que se supone que tenía que ayudarla para atenderle bien. Y se inquieta al sentirse sola. Pero tenía tanta confianza con Jesús que le dice: "Señor, ¿no te importa nada que mi hermana me deje sola en el trabajo de la casa? Dile que me ayude". María estaba a lo importante, escuchando a Jesús.

Esto es también para nosotros una llamada de atención:  ni siquiera las cosas que se refieren al Señor, nos deben hacer olvidar al Señor de las cosas.

Nosotros también somos Marta, por lo laboriosa, María porque tenemos que saber estar muy cerca de Jesús que es lo único importante, y Lázaro, ese amigo íntimo de Jesús al que tanto amaba.


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