Evangelio 23 de junio 2015

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,6.12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»


La vida cristiana no es precisamente una vida fácil. El mal, aunque se disfraza de algo bueno, fácil y placentero, termina siendo una atadura que nos deja vacíos en el fondo. Es como una noche de borrachera, que parece que te da felicidad durante unas horas, pero al día siguiente no solo físicamente estás fatal, además no le encuentras sentido a lo que has hecho.

"No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti", decimos muchas veces, pero no se trata solo de no maltratar al otro, se trata de ser proactivos, de querer a los demás como quisieras que te quisieran a ti. Se trata de salir de uno mismo, de complicarse la vida por Dios y por los demás. Ésto que parece muy difícil, es lo que da la felicidad al ser humano.

Si piensas un poco en los momentos más felices de tu vida, son aquellos en los que te has dado a los demás: a tu marido, tu mujer, tus hijos, tus padres, tus amigos, personas necesitadas, vecinos...

Propósito de hoy: pensar en alguien de mi alrededor a quien puedo alegrar el día llamándole por teléfono o visitándola o mandando un whatsapp cariñoso...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuestra Señora de las Mercedes

El cura no tiene horarios. Se levanta sacerdote y se duerme sacerdote

Famosos que han encontrado a Dios