Evangelio 20 de junio 2015
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»
Los psicólogos alertan de que la enfermedad de nuestro siglo es la ansiedad. La ansiedad es exceso de futuro. Nos pasamos la vida pendientes del mañana y no disfrutamos el ahora, porque la sociedad se encuentra desamparada, perdida y sin esperanza.
El Evangelio de hoy nos invita a poner toda nuestra confianza en el Señor, que efectivamente, cuenta con nuestro esfuerzo para salir adelante, pero que siempre nos lleva de la mano y nunca nos abandona. "A Dios rezando y con el mazo dando".
Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? Si el Señor no descuida ni a lo más pequeño de la creación, ¿Nos va a abandonar a nosotros, que somos su obra preferida?
Como decía un santo: "Nunca pasa nada, y si pasa ¿Qué importa?, Y si importa, ¿Qué pasa?".
Propósito de hoy: nunca perder la alegría y la paz.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»
Los psicólogos alertan de que la enfermedad de nuestro siglo es la ansiedad. La ansiedad es exceso de futuro. Nos pasamos la vida pendientes del mañana y no disfrutamos el ahora, porque la sociedad se encuentra desamparada, perdida y sin esperanza.
El Evangelio de hoy nos invita a poner toda nuestra confianza en el Señor, que efectivamente, cuenta con nuestro esfuerzo para salir adelante, pero que siempre nos lleva de la mano y nunca nos abandona. "A Dios rezando y con el mazo dando".
Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? Si el Señor no descuida ni a lo más pequeño de la creación, ¿Nos va a abandonar a nosotros, que somos su obra preferida?
Como decía un santo: "Nunca pasa nada, y si pasa ¿Qué importa?, Y si importa, ¿Qué pasa?".
Propósito de hoy: nunca perder la alegría y la paz.
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