Hacer sin pensar en el premio

Estamos celebrando el V Centenario de Santa Teresa, y en relación al Evangelio de hoy, viene muy a colación uno de sus poemas.
Veíamos que San Pedro le pregunta a Jesús por el premio que recibirá por haberle seguido. Y aunque es algo muy humano, un cristiano trabaja por amor a Dios, no por la recompensa.

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

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