Evangelio 12 de mayo 2015

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,5-11):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»


Toda la historia de la salvación es la historia del Amor de Dios. Igual que un padre no se olvida nunca de sus hijos y se lo demuestra mil veces, Él ampoco, y no deja de hacerse presente entre nosotros de una forma o de otra.
Jesús nos está diciendo que nos va a enviar al Espíritu Santo. Por eso no estamos solos, ni podemos estar tristes.

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