Evangelio 25 de abril 2015
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-20):
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
El Señor nos manda a proclamar su palabra a todo el mundo. Y todo el mundo, no es irse a África. En medio de tus ocupaciones ordinadias, en tu trabajo, en tu familia, con tus amigos, Cristo espera de tí que seas el candil que lleva su luz a los demás para que todos vean. No estamos solos, el Espíritu Santo nos acompaña siempre en esta labor.
Las cosas buenas tendemos a compartirlas. ¿Qué hacemos con lo más grande que tenemos?
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
El Señor nos manda a proclamar su palabra a todo el mundo. Y todo el mundo, no es irse a África. En medio de tus ocupaciones ordinadias, en tu trabajo, en tu familia, con tus amigos, Cristo espera de tí que seas el candil que lleva su luz a los demás para que todos vean. No estamos solos, el Espíritu Santo nos acompaña siempre en esta labor.
Las cosas buenas tendemos a compartirlas. ¿Qué hacemos con lo más grande que tenemos?
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