Evangelio 9 febrero 2015
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,53-56):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
El Señor está contínuamente esperando a que nos dejemos curar, como estos enfermos que con toda su fe iban a verle.
Ésto nos puede llevar a pensar: ¿Cómo es mi fe? ¿De verdad creo que Dios puede hacer milagros en mí?
Esto solo se consigue con una vida de trato intenso con el Señor, en la oración y en los sacramentos.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
El Señor está contínuamente esperando a que nos dejemos curar, como estos enfermos que con toda su fe iban a verle.
Ésto nos puede llevar a pensar: ¿Cómo es mi fe? ¿De verdad creo que Dios puede hacer milagros en mí?
Esto solo se consigue con una vida de trato intenso con el Señor, en la oración y en los sacramentos.
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